Tomo esta decisión a solas, a solas como siempre fue la vida misma. Y con esto, con esto no quiero que me juzgues sin antes haberme intentado comprender.
No, las cosas no siempre son así mi querida Julieta, si, hasta Julieta te llamás... No todo es egoísmo, ni atención ni consuelos, nada de eso, esto es mucho mas.
Que no recaigan culpas mi pobre mujer, si algo ha de perderse es mi nombre en el viento, pero qué mas da, ¿Qué es mi nombre al fin y al cabo? Un conjunto de letras, palabras, un simple sonido. Pero, pero ¿Acaso las palabras no son ideas? ¡Las ideas son inmensas! Y los hombres somos efímeros, pero no, otra vana ilusión, ya ves como las cosas tienden a empeorar cuando uno se ilusiona. Las palabras son medios, las ideas son etéreas. Y vos, vos sos la respuesta a la pregunta que nunca comprendí ni supe contestar.
No es la falta de cordura la que me atormenta, sino la basta, basta sobra de la misma. Como si, llegado al final, terminase de comprender cosas que en un principio me había preguntado;o tal vez llegué a comprender la ausencia total, la necesidad, el habla, las mentiras y todo aquello que creíamos real. No sé, qué queres que te diga chinita, siempre intenté hablarlo bien pero creo que nunca nadie me entendió, creo que ni yo pude entenderme en algún momento claro de toda mi vida.
Y entre tanto y tanto te cuento, para que no extrañes mis anécdotas (y por conocerte sé que por lo menos lo vas a intentar) ayer me cruce con Eduardo, Eduardo Mora, el negro, tal vez ni te acuerdes de él; pero el punto es que hablando breve y en la calle, sin nada que ofrecer, lo único que pudimos darnos el uno al otro fueron dos máscaras que suplanten a la verdad. Pero si será curiosa la cosa, que al final del encuentro, reconocí en sus ojos la tristeza en toda su complejidad, y sentí pena, tal vez por él, tal vez por mí, pero pena al final. Creo que todos los hombres estamos hechos iguales, no importa cuan duro sea el cuero, mas abajo de los músculos, en esa electricidad que brilla dentro de nosotros, hay escondida una verdad latente que pocas veces se nos puede escapar. Él lo sabía, yo lo supe, te mando saludos y me dijo que esperaba no volver más, pero eso no significaba que si salíamos de este pueblo lo vallásemos a visitar. Que chico me pareció el momento, dentro de su molde desbordaba intimidad, como si gritando en silencio intentara pedir auxilio, intentara estar en paz.
Creo que tiene un poco de razón al odiar tanto este lugar, y creo darte un buen consejo cuando te digo: Cambiá, cambia todo lo que tengas que cambiar, cambia aquello que no supimos mejorar. Si uno se estanca deja de andar, pero el tiempo no espera, y a nadie tenes que esperar.
No me equivoco al quererte, no, nunca lo hice. Aunque siempre supiste quitarme la razón. Pero Julieta, que lindo es verte, que linda es la paz de tus ojos al dormir, qué linda es tu expresión al despertar. Pero más hermoso fue tu cariño, aquella tormenta de miedos que nunca supimos callar... Si, ya sé, quizás te estas preguntando qué tan enfermo puedo estar, y si, lo bastante como decir que lo mas hermoso fue tu querer, y aunque para vos era un huracán, para mí, situado en el epicentro de la tempestad, era perfecto, era la excusa justa para no pensar en las cuestiones de verdad. Pero eso es algo que en mi vida no te pude explicar, la mayoría de la gente le teme a las tormentas, pero a vos siempre te costó entender que algunos otros disfrutamos los estruendos aún cerca del mar.
Hago esto para que entiendas que siempre estamos solos, hago esto para que entiendas que la vida consta de momentos, tus momentos, aquellos que yo nunca te quise robar.
Me voy con el silencio de las montañas, con la magia que sostiene a los pájaros al volar. Nada más puedo explicar, soy otra ambigüedad mas, otro secreto, otra ausencia, otro recuerdo, otro momento. Y cuando ya no sea nada, todo lo voy a ser.
Mi cariño infinito, más allá de las palabras que no supe explicar, espero comprendas todo un poco más.
Nunca olvides respirar.
Te quiere, Daniel Loria.
-Ramiro Privato.
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