En la esquina de la
cuadra hay un hombre que espera, tiene
un portafolio, un frac negro y sus zapatos también son
negros y brillosos. Hace más de cuatro
horas que se encuentra en la misma posición y esperando.
Los vecinos de la cuadra especulan sobre el susodicho, ¿de dónde vino? ¿A dónde va? Desde mafioso hasta un simple don Juan que habría sido plantado en la espera de su amor, tal vez dolido por sus penas todavía no se anima a moverse. Mil historias caen en sus hombros sin que él las escuche, y aunque todo pareciera llevar su ritmo normal en el barrio, cada persona que pasaba lo miraba de reojo para no aparentar mala educación.
Siete horas después, al anochecer, algunos espantados por ideas surrealistas y otros temerarios con amenazas de llamar a la policía continúan charlando del tema. Hasta que Damian, un chico de diez años, basto y cansado de tanta polémica decide dar fin a todo este teatro y saciar sus ansias de saber. Actúa, sale de su casa con paso firme y parándose junto al hombre le pregunta ”Señor, ¿Qué está esperando? “ El hombre lo mira con aire distraído y responde “Mi destino, no se por qué, pero sé que se encuentra por alguna parte. Mientras más lo busco mas se pierde, así que ya no lo busco mas, ahora solo espero a cruzarme con él, y aunque no lo creas, parte importante de él acabas de ser tu.” Con su mano derecha sobre la cabeza del pequeño se despide y comienza a caminar.
¿Qué es el destino? Se pregunto Damian aquella noche sin saber todo lo que estaba por pasar.
Los vecinos de la cuadra especulan sobre el susodicho, ¿de dónde vino? ¿A dónde va? Desde mafioso hasta un simple don Juan que habría sido plantado en la espera de su amor, tal vez dolido por sus penas todavía no se anima a moverse. Mil historias caen en sus hombros sin que él las escuche, y aunque todo pareciera llevar su ritmo normal en el barrio, cada persona que pasaba lo miraba de reojo para no aparentar mala educación.
Siete horas después, al anochecer, algunos espantados por ideas surrealistas y otros temerarios con amenazas de llamar a la policía continúan charlando del tema. Hasta que Damian, un chico de diez años, basto y cansado de tanta polémica decide dar fin a todo este teatro y saciar sus ansias de saber. Actúa, sale de su casa con paso firme y parándose junto al hombre le pregunta ”Señor, ¿Qué está esperando? “ El hombre lo mira con aire distraído y responde “Mi destino, no se por qué, pero sé que se encuentra por alguna parte. Mientras más lo busco mas se pierde, así que ya no lo busco mas, ahora solo espero a cruzarme con él, y aunque no lo creas, parte importante de él acabas de ser tu.” Con su mano derecha sobre la cabeza del pequeño se despide y comienza a caminar.
¿Qué es el destino? Se pregunto Damian aquella noche sin saber todo lo que estaba por pasar.
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