"Te dire ahora lo que sé acerca de mí y de ti y de nuestro destino.
Tú, Harry, fuiste un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y de fe, siempre en la búsqueda de lo grande y lo eterno, nunca satisfecho con lo bonito y lo pequeño. Pero cuanto más te despertaba la vida y te hacía volver en ti, mayores eran tus necesidades, más profundas tus penas, tus temores y tu desesperación;te hundiste hasta el cuello y todo lo que conocías y amabas y honrabas porque te parecía hermoso y sagrado, toda la fe que alguna vez tuviste en los seres humanos y en nuestro elevado destino no pudo ayudarte y perdió su valor y se rompió en pedazos. Tu fe se quedó sin aire para respirar. Y morir ahogado es una muerte dura.
(...)
Tenías una cierta imagen de la vida dentro de ti, una creencia, una exigencia, estabas dispuesto a llevar a cabo grandes actos, a sufrir, a sacrificarte. Y entonces te fuiste dando cuenta, de a poco, de que la vida no era un poema heroico con papeles protagónicos y cuestiones por el estilo, sino una cómoda sala burguesa donde la gente estaba satisfechga con comer y beber, con tomar café y zurcirse las medias, con echar el tarot y escuchar la música de la radio. Y quien desee lo otro, lo heroico y lo hermoso, quien lleve adentro la admiración por los grandes poetas o los santos, es un tonto y un Don Quijote. Bien. ¡Y a mí me fue exactamente igual, amigo mío! (...)
(...) Y ví, Harry, que mis sueños habían tenido razón, mil veces razón, igual que los tuyos. Era la vida, la realidad, la que estaba errada.
(...) Siempre fue así y seguirá siéndolo: el tiempo y el mundo, el dinero y el poder, pertenecer a los pequeños y a los chatos. A los demás, a los seres humanos auténticos, no les perteece nada. Excepto la muerte.
¡Ay, Harry, debemos andar a ciegas entre tanta suciedad y tanto disparate! Y no tenemos anadie que nos indique el camino; nuestra única guía es la nostalgia."
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